En este país el teatro está siendo ignorado, arrinconado y, en última instancia, asesinado.
¿Cuál es la verdadera esencia española?
¿el arte?
¿el flamenco?
¿o las reformas, las obras y las chapuzas?
El arte capta, por unos instantes, la atención de el Espectador, que hasta ahora sólo se había interesado por el ruido ensordecedor de un talado. |
Un españolito medio - el Espectador (Mercè Espelleta) - pasea por la calle mientras come pipas, atraído por el ruido estruendoso de un taladro, como un ratoncito por la flauta de Hamelín. Próximo al taladro, una bailaora ("La Canastera") pide limosna, pero el espectador no le presta la menor atención, sino que se sitúa frente al taladro y empieza a disfrutar del espectáculo, jaleándolo. Ante tal estampa, la bailaora intenta tomar contacto con el Espectador y que éste presente atención a su baile. El espectador, sin embargo, se molesta sobremanera con la intromisión de la bailaora, quien se decide a luchar hasta el final contra el taladro para que su arte sea tomado en cuenta.
Mercè Espelleta (el Espectador). |
La Canastera |